Julian McNamara vive rodeado de lujos porque su carrera en el juego así se lo permitió. Cuando se entera de que se está muriendo, se enfrenta a una dura realidad y se da cuenta de que no es el hombre que quisiera ser. En el calor del momento, negocia su alma a un demonio con facilidad de palabra y que le ofrece diez años más y suerte en la mesa de juego.
El príncipe Carreau gobierna el mundo subterráneo con puño de hierro, manteniendo a las hordas de demonios a raya y forzando la paz entre los reinos de demonios, mientras espera su tiempo para reclamar a su compañero. Su primo Olivier quiere la guerra, y utiliza a Julian para tentar a Carreau en ceder a la oscuridad.
Carreau está furioso cuando se da cuenta de que su compañero ha vendido su alma a Olivier y se da cuenta de que necesita encontrar una forma de romper el contrato, antes de que la tentación de la carne de Julian cause una guerra de los tiempos.