Alana está desesperada por pagar su matrícula universitaria y solo tiene una cosa que vender: su inocencia.
El hombre que la compra por la noche tiene gustos muy específicos. Gustos que la excitan tanto como la confunden, y nunca esperó querer satisfacerlos tanto.
Una noche debajo de un extraño rudo y posesivo llamado Gavin no es suficiente, pero se destrozan antes de descubrir la verdadera identidad del otro.
El problema se resuelve una semana más tarde cuando Alana está sentada en la primera fila de su primera clase en la universidad y entra su profesor, nadie más que Gavin.
Su pasión los vuelve a unir, pero Gavin está siendo considerado para un puesto en la junta directiva de la universidad.
Salir con una estudiante mataría sus posibilidades y Alana se niega a costarle el puesto.
Ella no sabe que Gavin ha encontrado algo mucho más importante.
Ella.
Y nunca la va a dejar.