No estoy aquí para animar las fiestas. Me han contratado para hacer un trabajo: descubrir cómo Snow Hills hace trampas para ganar un concurso de decoración navideña cada año. Voy a llegar al fondo del asunto, me van a pagar, y luego voy a terminar con este pueblo de postal.
Al menos ese es el plan hasta que conozca a Liza Grable. Es como el hada de la Navidad de Snow Hill, todo curvas y dulzura. Se supone que debo investigarla a ella y a su madre, la alcaldesa, pero la idea de que sea una tramposa simplemente no encaja.
¿Qué es lo que encaja? Los dos juntos.
Se suponía que Snow Hills sería dinero fácil, un breve trabajo antes de seguir adelante. Pero cuanto más me acerco a Liza, más me doy cuenta de que he encontrado algo raro y hermoso. Algo que tengo que mantener cerca de mi corazón. Pero no soy el único que no puede dejar ir a Liza.
No soy el tipo de hombre que merece un final feliz, no después de la vida que he llevado. Pero cuando veo a Eve, sé que necesitaré más. Ella ilumina el mundo para mí, como centelleantes luces de Navidad que brillan en la nieve fresca.
Cuando me entero de que la subastan para recaudar fondos benéficos, no permito que nadie más la gane. Tengo que ser yo, y cuando la gane, me la llevaré a mi cabaña y me la quedaré para mí solo.
Pero cuando mi pasado llame a la puerta, Eve tendrá que decidir si mis pecados son demasiado oscuros para que pueda encontrar su felicidad en un hombre como yo.
